La solidaridad no se agota: hoy por los hermanos cusqueños y de las provincias del sur.

Para quienes vivimos en Perú no es desconocido que en esta época del año las lluvias y derrumbes son frecuentes en los andes. Los daños provocados por la naturaleza también. Peor aún porque sabemos que los más afectados serán las poblaciones que viven cerca a las riberas de ríos y sus viviendas precarias. Cusco, nuestro ícono de las grandezas del pasado inca, ha sufrido esta vez por las fuertes lluvias y los huaycos que dejaron aislada a la ciudadela de Macchu Picchu y varias comunidades y distritos cercanos. Las pérdidas de vidas y el colapso de viviendas e infraestructura de servicios nos obligan a responder. Necesitan ropa de abrigo y alimentos no perecibles. Acudamos en su ayuda y trabajemos por hacer que la prevención también sea parte de las políticas públicas en nuestro país.

He aquí fragmentos de la carta de una turista española que nos ha llegado sobre esos dramáticos momentos:

“Les hablaré de la situación en la provincia de Urubamba en el valle sagrado de los incas por donde discurre el rio Vilcanota, que los incas llamaban Willcamayu (Rio Sagrado), el pasado lunes día 25 de enero se salió de su cauce inundándolo todo antes de llegar a Cuzco por la carretera que viene del departamento de Puno. El jueves 28 nos dirigimos al distrito de Ollantaytambo en el que la situación era idéntica a la narrada. Lo grave aquí fue que el puente que había en la mitad de la ciudad, y que une las provincias de Urubamba y la Convención, colapsó. Este no fue debido a la inundación del rio Urubamba, sino a la crecida del rio Patacancha un pequeño afluente que desciende de los nevados del valle a la derecha de Ollantaytambo…Tanto en Urubamba como en sus distritos hay aproximadamente 2 mil damnificados por estas inundaciones, se calcula que sólo para esta provincia son más de 50 millones de nuevos soles de pérdidas. Ahora viven en carpas, unas pocas que donó el gobierno central y los demás tapados con plásticos. La población les ayuda con mantas, ropas y alimentación, esperemos que dentro de unos quince días no se termine esta nuestra solidaridad y los damnificados terminen en el olvido como sucede en otras catástrofes que dejan de ser noticia.
Esto que he contado es sólo en Urubamba, pero la situación es terrible en todo el departamento del Cuzco y en los departamentos de Apurímac, Huancavelica y Puno y otros del centro de Perú...”

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